miércoles, 27 de abril de 2016

La naturaleza del ser humano



Íntimamente relacionada con el amor está la atracción hacia la belleza. En un nivel, esta atracción se manifiesta en el amor por la majestuosidad y diversidad en la naturaleza, en el impulso a expresar lo bello a través de las artes y la música, y en el aprecio que se siente por la elegancia de una idea o una teoría científica. En otro nivel, la atracción por lo bello subyace en la búsqueda del orden, significado y trascendencia en el universo.
La sed de conocimiento nos impulsa a buscar una comprensión más profunda de los misterios del universo y de la infinita variedad de los fenómenos, en los planos tanto visibles como invisibles. Dirige también la mente a lograr una comprensión más completa de los misterios del propio ser. Orientado por una visión de belleza y perfección, el individuo que esté motivado por una sed de conocimiento se aproximará a la vida como un investigador de la realidad y un buscador de la verdad.

reflexión sobre la naturaleza

Dependemos de la naturaleza para que nos enseñe el camino a casa, el camino de salida de la prisión de nuestras mentes.
Nos hemos perdido en el hacer, en el pensar, en el recordar, en el anticipar.
Hemos olvidado lo que las rocas, las plantas y los animales ya saben.
Nos hemos olvidado de ser: de ser nosotros mismos, de estar en silencio, de estar donde esta la vida:
Aquí y Ahora.
Llevar tu atención a una piedra, a un árbol o a un animal no significa pensar en ellos, sino simplemente percibirlos darte cuenta de ellos.
Entonces se te transmite algo de su esencia.
Sientes lo profundamente que descansa en el Ser, completamente unificado con lo que es y con donde esta.
Al darte cuenta de ello, tú también entras en un lugar de profundo reposo dentro de ti mismo.
Cuando camines o descanses en la naturaleza, honra ese reino permaneciendo allí plenamente.
Serénate. Mira. Escucha tu cuerpo opera una inteligencia mayor que la mente humana.
Es la misma inteligencia que lo sustenta todo en la naturaleza.
Para acercarte al máximo a esa inteligencia, sé consciente de tu propio campo energético interno, siente la vida, la presencia que anima el organismo.
Cuando percibes la naturaleza solo a través de la mente, del pensamiento, no puedes sentir su plenitud de vida, su ser.
Solo, ves la forma y no eres consciente de la vida que la anima, del misterio sagrado.
El pensamiento reduce la naturaleza a un bien de consumo, a un medio de conseguir beneficios, conocimiento, o algún otro propósito práctico
Observa, siente un animal, una flor, un árbol, y mira como descansan en el Ser.
Cada uno de ellos es él mismo.
Tienen una enorme dignidad, inocencia, santidad.
En el momento en que miras más allá de las etiquetas mentales, sientes la dimensión inefable de la naturaleza, que no puede ser comprendida por el pensamiento.
Es una armonía, además de compenetrar la totalidad de la naturaleza, también esta dentro de ti.
Conecta con la naturaleza del modo más íntimo e interno percibiendo tu propia respiración y aprendiendo a mantener tu atención en ella.
Esta es una práctica muy curativa y energizante.
Produce un cambio de conciencia que te permite pasar del mundo conceptual del pensamiento al ramo de la conciencia incondicionada.
Necesitas que la naturaleza te enseñe y te ayude a reconectar con tu Ser.
La naturaleza puede llevarte a la quietud.
Ese es su regalo para ti.
Cuando percibes la naturaleza y te unes a ella en el campo de quietud, este se llena de tu conciencia.
Ese es tu regalo a la naturaleza.
A través de ti, la naturaleza toma conciencia de sí misma.
Es como si la naturaleza te hubiera estado esperando durante millones de años.
No estás separado de la naturaleza.
Todos somos parte de la Vida Una que se manifiesta en incontables formas en todo el universo, formas que están, todas ellas, completamente interconectadas.



noticia natural

Hallan un gran arrecife de coral en el Amazonas


Arrecife
Un equipo de científicos ha descubierto un gran arrecife de coral en la misma desembocadura del río Amazonas, en su confluencia con el océano Atlántico. La localización exacta del sistema coralino se sitúa entre la frontera de Guayana Francesa con el estado brasileño de Amapá. El equipo de investigadores, liderado por Rodrigo Moura, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, ha explorado esta región poco conocida hasta ahora en tres barcos oceanográficos con participación y colaboración de la citada universidad brasileña y de la de Georgia en Estados Unidos. El arrecife ocupa un área de 9.300 kilómetros cuadrados —similar a la superficie de la Comunidad de Navarra— a unas profundidades de entre 30 y 120 metros en una zona de aguas turbias con poca visibilidad.
Durante la expedición, los expertos localizaron una zona muy extensa dealgas coralinas con altos niveles de partículas en suspensión, diferentes a las que se encuentran en los arrecifes de coral que se suelen formar en lasregiones tropicales. Las características de este sistema no solo son diferentes a las conocidas hasta ahora, sino que su estado de conservación ofrece información sobre los mecanismos que permiten a los ecosistemas de coralresponder a la aceleración del calentamiento global. En el estudio, los autores constatan que el desarrollo de la industria en las riberas y en el curso del Amazonas, donde se han llevado a cabo grandes perforacionespara obtener petróleo cerca de los corales supone un peligro evidente para este sistema de arrecifes únicos.
El hallazgo es importante dado que los corales responsables de formar los arrecifes están actualmente entre las especies más amenazadas por el cambio climático y otros factores de estrés provocados por el ser humano. En otra investigación que se ha publicado recientemente, el profesor John Pandolfi, de la Universidad de Queensland (Australia), afirma que los corales de rápido crecimiento que son formadores de arrecifes Acropora de ramificación o cuerno de ciervo son los que suelen estar implicados en el crecimiento de los arrecifes modernos. Sin embargo, pese a que existen desde hace unos 50 millones de años, estos corales están menguando o incluso desapareciendo en todo el mundo en todo el mundo.

que debemos hacer para cambiar nuestra forma de vida

Es importante comprender entonces que el cuidado del Medio Ambiente no sólo nos permitirá deleitarnos con los paisajes naturales y todo lo que la naturaleza ha creado en millones de años de evolución, sino que será además una forma de poder cuidarnos a nosotros mismos, como miembros de dicho ecosistema, como quienes necesitan de él y deben protegerlo por su propio bienestar, evitando los desequilibrios que puedan terminar con nuestra supervivencia, que destruyan la belleza y la armonía de la naturaleza, que dejen marcas imborrables en ella y pongan en peligro la vida. Nuestra responsabilidad es total frente a estos problemas y por lo tanto debemos actuar en consecuencia para asegurarnos la vida que nos pertenece y la de los demás seres vivos que sufren estos cambios sin poder hacer nada al respecto.



CONSECUENCIAS DE SU MAL USO

El mal uso de todos los recursos se da en cuanto a la tala de árboles, ocasionado a su vez la destrucción de bosques y agotamiento del oxigeno vital para los seres humanos, además de que se destruye los hogares de animales, y otros seres como las plantas.
La matanza desmedida de animales es también dar un uso inadecuado a los recursos, al igual que la contaminación de los ríos, provocando la intoxicación de peces, desbordamientos e inundaciones, además de agotar el agua potable, lo cual es muy peligroso para la existencia de todos los seres vivos, ya que dependemos de este vital liquido.
Los limites de todos los recursos es un tema de gran preocupación, el aumento de la población es un factor que influye en demasía al agotamiento y mal uso de los recursos naturales.





No todos los recursos son inagotables, por lo que hay que tomar en cuenta que el ciclo de la vida, se está rompiendo por nuestras acciones inadecuadas, por lo mismo se deben aplicar medidas preventivas en cuanto al uso de los recursos como son: No talar los árboles, evitar la caza, no tirar basura en ríos o lagos, usar menos el coche, ahorrar energía, no desperdiciar el agua potable, no quemar bosques, o quemar basura, usar energías alternativas, entre otras más, de gran importancia y que urgen llevarse a cabo lo antes posible, si queremos seguir gozando de los recursos naturales y de nuestra propia vida.

¿que responsabilidad tenemos con ella?


Existen variadas acciones que podemos realizar día a día para ayudar a conservar el planeta y así poder llevar una relación equilibrada con la naturaleza.  Esto no se trata de una lucha entre desarrollo y naturaleza o entre el hombre y las demás especies. Si tomamos conciencia de nuestra responsabilidad ecológica y del impacto de nuestras acciones, podemos aprender a convivir de una manera adecuada con le medio ambiente. Tan sólo se requiere de pequeños cambios en nuestro comportamiento y así haremos una gran diferencia.
Lo  que no debemos hacer:
– Cortar árboles
– Molestar a los animales
– Dejar la luz y la televisión prendida
– Tirar la basura al suelo
– Provocar incendios
– Pisar las plantas
– Amontonar la basura sin clasificarla

El cuidado de la naturaleza como necesidad ética


A partir de todo lo establecido, queda claro que nuestra relación con la naturaleza es intrínseca. No podríamos existir sin ella, sin todos sus recursos y elementos, sin todo lo que la hace tan perfecta, bella y peligrosa. Como seres racionales, depende de nosotros hacer el esfuerzo necesario para que todo lo que ella nos brinda siga existiendo en las condiciones más originales posibles, para que siga siendo fuente de recursos y de belleza, para que otros seres vivos puedan pervivir al lado nuestro en el complejo planeta en que vivimos.


Es importante comprender entonces que el cuidado del Medio Ambiente no sólo nos permitirá deleitarnos con los paisajes naturales y todo lo que la naturaleza ha creado en millones de años de evolución, sino que será además una forma de poder cuidarnos a nosotros mismos, como miembros de dicho ecosistema, como quienes necesitan de él y deben protegerlo por su propio bienestar, evitando los desequilibrios que puedan terminar con nuestra supervivencia, que destruyan la belleza y la armonía de la naturaleza, que dejen marcas imborrables en ella y pongan en peligro la vida.